Qué más puedo decir que no se haya dicho a la fecha, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que estuve frente a una pantalla haciendo el papel del “escritor” pero como se escucha decir tan seguido “algunos malos hábitos son difíciles de quitar” seamos honestos con nosotros y con cada uno de esos ilusos aspirantes y aficionados, esto niños,dejando todo el romanticismo a un lado, este capricho de escribir no es nada fácil, es decir, no recuerdo exactamente cuando fue la primera vez que realice la elemental acción de escribir o mejor dicho redactar pero cualquiera puede componer una oración, una frase, un párrafo con algún sentido legible pero muy pocos pueden plasmar un sentir en un papel o en estos tiempos en una pantalla y lograr enceder esa chispa.
Ernest Hemmingway dijo una vez “Escribe ebrio, edita sobrio” pues, luego de cinco cervezas oscuras bien elaboradas no estoy tan seguro que este haya sido uno de sus mejores consejos. ¡Gracias Ernesto!
Entonces,encaremos el hecho, ¿porque forzarlo? ¿En verdad pasan los escritores todo el tiempo escribiendo? Practico este ejercicio desde hace mucho y recuerdo haber escrito piezas bastante interesantes (a mi humilde subjetividad) en servilletas, recibos de cajeros, panfletos de la calle e incluso haciendo ahora alcance a la tecnología, dejando notas en mi teléfono (Evernote,hace mi vida mas sencilla) Pero a pesar de todas esas adversidades, la falta de tiempo, creatividad, recursos, conocimiento, capacidad intelectual o académica para decir que verdaderamente “Soy escritor” en ocasiones suelo cometer el sacrilegio de decirlo.
Y del todo no está mal, a fin de cuentas, se debe de confiar en uno mismo (al menos eso me dice mi madre y Hollywood a diario) pero con todo y mi poca credibilidad callejera, me aventuró en lo que será quizás un viaje de unos días, unas semanas, con contenido esporádico, de baja calidad, en ocasiones sesgado, sin inspiración, forzado, repetitivo y con todos esos vicios que critico de manera tan tajante y fácil cuando leo una pieza o fragmento literario ajeno. En resumen, les confieso que no estoy al otro lado de la pantalla para hacer falsas promesas, expectativas irrealistas y grandes alusiones a que este será el primer capítulo en la trayectoria de un no tan joven y talentoso escritor. Estoy acá para escribir que a pesar de todos mis demonios,siempre fue y será mi primer gran amor.